MENSAJE DEL SEÑOR: “SENTENCIA PARA LA IGLESIA”
MIERCOLES, 17 DE ABRIL DE 2011.
BUENOS AIRES – ARGENTINA
“Pronto entregaré a Mi Iglesia a la cosecha en la manos de sus perseguidores, porque aquellos a los cuales se les encomendó hacerla crecer en santidad y amor, llevarla a la salvación eterna, han descuidado sus votos ante Dios, han roto el pacto santo, transformando Mi Casa en nido serpientes, han manchado y vituperado Mi Santo Nombre. SOY EL QUE SOY. Pobre de mis criaturas a las que les encomendé cuidar los tesoros del Cielo, en cambio hicieron de ellos alimentos para satisfacer sus placeres mundanos, cayendo en el barro de ídolos y en las redes de sus propios enemigos que debían combatir con firmeza y valentía. ¿Qué hicieron mis niños?. Se alinearon a sus adversarios, a los adversarios de su Dios, el Dios que entregó la vida por ustedes. Han hecho de Mi Templo tierra de profanación y culto de demonios. No puedo permitirlo por honor a Mi Santo Nombre, mancillan su Divinidad. Vengo pronto criaturas mías en la Justicia Santa y Divina. Sus enemigos se despertarán de la espera y en el tiempo estipulado por Mí, los llamaré a que saboreen el banquete con vuestras carnes. Mi Tabernáculo será violado por vuestras culpas y desidias, debían estar alerta y no dormirse en las vanidades y corrupciones de los hombres avaros y sin amor. No unirse a sus filas para insultarme y desacreditarme. Pero tengan presente mis predilectos e hijos míos que el demonio los ha enceguecido con las cuestiones terrenales y cuando despierten del efecto alucinógeno de las riquezas de las naciones, se darán cuenta que se encuentran encadenados, imposibilitados de escapar. Permitiré con mucho dolor, pero por respeto a Mi Justicia y el clamor de mi pueblo fiel, que sus cuerpos sean exhibidos como premio y trofeos de mis enemigos. ¿A caso Soy un Dios malvado e injusto?. Solo miren a su alrededor y observarán el pantano en el cual están enterrados. Son las almas de mis ovejas las que claman frente al Trono Celestial Mi intervención pronta y segura, porque fueron ellas las que por vuestra apatía (lo dice por los sacerdotes) y amor propio, las que padecieron el yugo del opresor, fueron de ellas, su sangre fueron entregadas como ofrendas a los ídolos, fueron ellas las que sufrieron la esclavitud de sus semejantes. ¿Qué hicieron mis pastores frente a todo esto?. Solo observaron y se llamaron al silencio cuando con arrojo, vestidos de las armaduras del buen cristiano debían salir a la defensa hasta perder la vida, al contrario, dejaron que las despedazaran, taparon sus oídos y continuaron su marcha como si nada pasara. Mi sentencia será justa, el trono de Pedro, Mi Apóstol, será saqueado y el inquisidor de mis niños se sentará en él, verán comos sus riquezas son diezmadas por doquier, huirán como animales cuando escapan del incendio. Por amor a Mi Creación y Mi Santo Nombre limpiaré a Mi Santa Iglesia, porque han hecho de ella tierra de mercaderes cuando debía ser casa de oración. Cuando instauré mi soberanía a través de mis apóstoles fue de manera sencilla, sin jerarquías. ¿Pero que veo hoy dentro de ella?. Jerarquías y cargos como si se tratara de una empresa!. Vestidos con grandes y brillantes atuendos, orgullosos de sentirse superiores a los demás hermanos. En mis tiempos terrenales caminaba junto a los míos solo con un par de sandalias que Mi Madre me había regalado y una sola vestidura proveniente de las manos de la misma persona. Era vuestro Dios que transitaba de manera pobre y humilde privado de riquezas y grandezas solo reservadas a los reyes de la tierra, era vuestro Dios que deseaba mostrarle a los hombres que había unas riquezas aún mayores reservadas para aquellos que desearan alcanzarlas, era vuestro Dios que caminaba entre los pobres y hoy camina en medio de ellos vestido como uno de mis pequeños, entre los habitantes de la tierra, golpeando sus puertas pidiendo una mano y un corazón sincero que lo reciba. ¿Qué encuentro?. Solo desprecio y rechazo. La hora ha llegado, la hora del Dios de los Tiempos ha llegado.” Mis niños fieles (al rebaño fiel), ciñan sus cinturas y aten sus calzados porque vuestro tiempo de recolectar la cosecha ha arribado, alisten la canasta porque el trigo esta maduro, Yo los guiaré a los campos para buscar el trigo de granos abundantes, a ese recolectad y traédmelo a Mi Altar, pero al trigo que tenga poco granos tiradlo al fuego que calentará sus cuerpos en el frío de la noche, porque soy un propietario exigente. Por lo tanto, la cosecha será de día y de noche, porque el tiempo apremia. Luego de la ardua jornada, mis trabajadores serán premiados según la recolecta que cada uno haya realizado. Recuerden, por vuestras obras los mediré. Vuestro Dios, a través de sus ovejas, restauraré Mi Casa, reclamaré Mi Soberanía sobre mis Creación. Amén”
El Señor manda leer las siguientes lecturas: Ezequiel 7, 1-27; Apocalipsis 7, 3; Apocalipsis 3, 7 (completo) y 2 Crónicas 24, 11-14. |
jueves, 28 de julio de 2011
MENSAJE DEL SEÑOR:"SENTENCIA PARA LA IGLESIA"
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